Después de la semanita repleto de bombardeos desde la capital de España, era de esperar.
El Sevilla debió acabar jugando contra un Madrid de nueve jugadores. Raúl y compañía frieron a patadas a los nuestros, sobre todo en una primera parte de constantes idas y vueltas.
Pero ya era de esperar, nada de nada.
Con esto no quiero restar importancia al mal partido de los nuestros, que fallábamos en pases y marcajes incomprensiblemente. Muchos espacios en el centro del campo que hacía más fácil el trabajo a los merengues.
La segunda mitad fue nuestra, pero sin llegada y apenas sin ideas. Y el tercero de ellos llegó casi sin quererlo.
Aún así, nuestro Sevilla lo intentó, pero ya digo, sin ideas ante un Madrid de 12 no sé puede luchar.
Era de esperar, el mangoneo continua, y estará siempre presente en el fútbol español.
Así es imposible, está claro.
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