
Nuestra última visita al Santiago Bernabeu fue allá por el mes de Agosto, la Supercopa de España fue lo que nos trajimos, un título más (trofeo veraniego dicen algunos). El caso es que a mi lo que más me llenó de orgullo no fue ganar el quinto título consecutivo, ganárselo al "equipo galáctico", arrebatárselo al "mejor equipo del la historia del fútbol", endosarle una GRAN MANITA al todo "poderoso" Real Madrid, en su propio estadio, en las mismísimas narices de su afición y de toda la prepotencia personalizada presente, eso fue un orgullo.
Orgullo sevillista, como sólo nosotros podemos sentirlo.
Orgullo de ser sevillista es lo que siento yo desde que tuve uso de razón, y orgullosos estaré de mi equipo pase lo que pase esta vez en la capital de España.
Habrá mangazo, ojalá me equivoque, pero todo apunta a que lo habrá.
Pero eso si, creo en mi equipo, en mi entrenador, en mi club.
No sólo por el hecho de que los últimos encuentros ante los meregues los hayamos saldado con victoria, no sólo porque en esos últimos encuentros les hayamos metido 8 chicharitos.
Si no porque soy sevillista, y porque mi orgullo sevillista me impide pensar en otra cosa que no sea apoyar a mi club.
Los tres puntos, son importantes, pero lo más importante es que nuestro orgullo no salga manchado de este envite.
Confiemos.
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